
Se queda sin oxígeno el delfín
Saltillo, Coah.- Una semana de campañas ha transcurrido y lo único que se ha mantenido fuerte es el temor que refleja el PRI para que la gubernatura siga en sus manos.
El pánico se ha apropiado de muchos tricolores, porque la masiva votación que se ha observado en la ultimas contiendas a su favor nomás no se ve ni a medio Kilómetro de distancia.
La razón es sencilla para entender cómo se repartirían los votos de los priístas. Entre dos candidatos independientes de alguna forma ligados al tricolor, Javier Guerrero y Luis Horacio Salinas por medio de su familia; más la confusión que está generando Humberto Moreira que aunque diga que respalda la alianza que, ahora su partido, el Joven sólo de palabra, lo cierto es que tiene que mover los votos a favor de los candidatos a diputados y presidencias municipales para poder colarse en la plurinominal y con lo cual le restarán muchos votos al PRI; ahora sí que Riquelme sólo se quedaría con el apoyo de quienes hayan recibido su respectiva despensa, impermeabilizante o tinaco… ¡Aguas! Porque muchos no recibieron ni las gracias desde hace tiempo y andan más que enojados con gente como Álvaro Moreira, que movió los hilos del tricolor para un proyecto personal que gracias a su hermano, no pudo consolidar y ahora hay cientos de liderezas que están cobrando la factura al candidato a la gubernatura.
La situación no para ahí: el anuncio de la expulsión de Humberto Moreira del PRI abre otro hueco en la poca credibilidad del candidato tricolor, ya de por sí mentiroso por no haber presentado las pruebas de control y confianza siendo secretario de Gobierno.
Y aún hay más: El pánico se está apoderando de muchos candidatos a las presidencias municipales y diputados locales del tricolor y su alianza.
Organismos empresariales siguen pidiendo cuentas al gobierno estatal por no saber qué pasó con recursos, y ya no de la deuda, sino del Impuesto Sobre Nóminas; municipios están desesperados por no tener recursos y empezaron a vender sus activos para hacer frente a la cobertura de servicios públicos, luego que el gobierno los ha obligado a pagar el cuartel militar en San Pedro de las Colonias; y sindicatos y agrupaciones políticas fieles al tricolor ahora le dan la espalda por el simple hecho de que el gobernador Rubén Moreira y David Aguillón han hecho del partido su gran pastel, pero no han invitado a todos a la repartición.
Lo único que le ha quedado al tricolor es inventarse delitos cometidos supuestamente por el más fuerte competidor, hasta ahora, Guillermo Anaya de la Alianza Ciudadana (PAN- UDC- Primero Coahuila y Encuentro Social).
La idea es dar de qué hablar, porque en una semana el delfín del gobernador ya perdió muchos puntos y lo trágico es que eran los pocos que estaban seguros en su círculo, ya no veamos los de críticos y voto pasivo que estarán, sin dudarlo, en su contra.