Riquelme o ¿Moreira III?

Saltillo, Coah., Arduo trabajo tendrá Miguel Ángel Riquelme para convencer a los coahuilenses que él será quien gobernará, cuando jamás quiso desmarcarse del yugo moreirista y se sabe que fue hasta mediador en el conflicto entre los hermanos que el viernes ya serán exgobernadores.

Difícil la tarea porque después que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le concedió la gubernatura, pese a todos los agravantes, lo que ha hecho Riquelme Solís es lo que dignamente haría un moreirista: buscar a quien lo ayudó y pagar favores.

El primero que no se detuvo hacer pública la invitación, antes de que el priísta lo hiciera, fue Blas Flores Dávila quien se destapó como titular de Finanzas. El más claro ejemplo del pago con creces por haber permitido utilizar las Universidad Autónoma de Coahuila como escenario político y que sólo el tricolor hiciera campaña en sus instalaciones.

Los nombres que se manejan es un híbrido entre quienes han estado con Humberto Moreira y con Rubén Moreira, por lo que eso de que pondrá su sello y marca personal difícilmente podrá hacerlo.

Su discurso no  fue nada novedoso: la reestructura de la deuda seguirá su camino para seguir pagando intereses pero no disminuir el monto, mientras que  eso de la unidad ni siquiera los priítas se lo creen porque de entrada le quedó mal a la gente que lo respaldó y quienes buscaban a cualquiera de los organizadores de la toma de protesta, para que los anotaran como invitados porque de repente los olvidó.

En tanto los hoteles de la ciudad de Saltillo se empezaron a llenar de lideresas procedentes de varios municipios. Así como cuando Riquelme se las llevaba a los tours de “turismo social” que jamás vio la presidenta del Instituto Electoral de Coahuila, Gabriela de León Farías, y que en realidad eran actos anticipados de campaña.

El sábado se estima que dé a conocer su gabinete y saldremos de dudas. Por lo pronto, varios abandonaron el barco de Moreira II, como Héctor Reyes y Juan de León, éste último aviador y operador de muchos de los ataques a políticos opositores, sociedad civil y prensa que incomoda a sus jefes tricolores, pero también cabecilla en varios de los turbios negocios de su ex jefe el gobernador.

Así, insistimos que no hay diferencia con sus dos antecesores y los primeros serán cruciales para demostrar lo contrario.

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Como se esperaba, el término del gobierno de Rubén Moreira llega y se va como el peor gobernante en la historia de Coahuila. De nada le sirvió la visita presidencial del 29 de noviembre porque los coahuilenses no ven lo que le han hecho creer a Enrique Peña Nieto: el empleo que se presume es mal remunerado y lo que dijo sobre derechos humanos fue la peor burla para quienes vieron vulnerados sus garantías.

Una prueba es el informe de la consultora Enfoque DH de expertos colombianos que le dijeron directamente que jamas buscó a personas desaparecidas, ni siquiera pudo comprobar las inversiones que presumía en materia de seguridad y procuración de justicia porque los expertos verificaron que el personal no contaba con intranet, vehículos o papelería.

Ni hablar, la competencia de  hermanos terminó y perdió; ahora habrá de esperar quién sigue operando el gobierno.