Tarde se hace esta entrega semanal, debido a que era necesario digerir lo ocurrido en la capital del estado
entre paro de labores de los trabajadores de recolección de basura, de una marcha con contenidos radicales a favor de la familia tradicional, el acarreo del gobernador Rubén Moreira Valdéz para iniciar una plaza pública a una cuadra de donde su hermano Humberto Moreira construyó otra y que abre otro escenario en la competencia familiar.

Sin embargo lo que rebasó el límite del asombro fueron las declaraciones que este lunes hiciera el mandatario, y que conste que esta semana no quería escribir sobre él.
El tema que él quiere que ya no se mencione es la masacre de Allende, uno de los momentos más inhumanos en la historia de Coahuila caracterizado por la crueldad, no sólo por la desaparición masiva de personas, los asesinatos ocurridos y la forma cómo se hicieron, que ya de por sí es una situación muy grave.
Lo que realmente Moreira Valdéz quiere es que se olvide la corrupción y colusión de las autoridades con la delincuencia, que se borre de la memoria del estado su cinismo para entregar tierra a las familias y no los resultados que claman los familiares de las personas desaparecidas que tienen nombre y apellido.
Según el gobernador hay que olvidar “aquello”, así llamó a la terrible historia de las familias que tuvieron que pasar por situaciones difíciles que los dejaron abruptamente sin uno o sin varios de sus seres queridos.Dice que con obras se tendrá que olvidar todo.
Esto es lo que se dificulta entender: ¿como puede una mujer olvidar que perdió a su hijo, a su esposo, a su hermano?, ¿cómo un niño va a poder olvidar que repentinamente se quedó sin su madre, sino su padre? ¿Sabrá él que aún en muchos hogares la familia sigue siendo importante, independientemente de que puedan o no existir diferencias?
La forma cómo quiere borrar la historia, en la que él fue cómplice directa o indirectamente aunque ambas relacionadas totalmente, es agredir a los medios de comunicación y responsabilizándolos de que no se informó la gravedad de los acontecimientos en los Cinco Manantiales y el norte del estado.
Desmenucemos esto: quienes eran procuradores en los momentos más crueles de la violencia eran Jesús Torres Charles y Domingo Fabela. El primero asegura que informó a la PGR los acontecimientos, pero en la dependencia federal rechazaron la versión y aseguraron que no hay antecedentes de esto en sus archivos. Aquí la responsabilidad indirecta del gobernador porque efectivamente él no gobernaba en marzo del 2011, pero sí en diciembre cuando ocurrió la masacre en el penal de Piedras Negras y en el 2012, cuando se suscitó otra desaparición masiva de personas en Allende y en muchos otros municipios y aquí vemos su responsabilidad de la que no quiere que se hable.
Dice que Allende es diferente porque ya no hay hechos como los descritos. Tiene algo de razón, pero el caso es que dicho municipio es totalmente diferente porque en varios hogares falta el jefe de familia, la madre joven que dejó en la orfandad a sus bebés, el hijo por el que llora a diario una madre desconsolada y eso señor gobernador no creo que la electrificación, la pavimentación o la entrega de tinacos y un monumento con el que usted quiere limpiar culpas, regrese la vida a muchas personas.
came4123@gmail.com