El PAN acepta derrota antes de elecciones
Tronó el proyecto de alternancia política en Coahuila, al menos por el lado de los albiazules que el lunes por la noche seguían tambaleándose pese a la carta en la que aseguran que Guillermo Anaya era “el más competitivo”. Ahí estaban las firmas de Isidro López, el mismo Anaya, Marcelo Torres e inexplicablemente Silvia Galván; ya no aparece Gerardo García y naturalmente tampoco Luis Fernando Salazar que denunció la suciedad del proceso para favorecer al compadre de Felipe Calderón y llamó traidor a su líder nacional, Ricardo Anaya, aunque luego borró el post en su cuenta de Facebook.
Se suponía que la noche del lunes ya se tendría oficialmente al candidato y el acuerdo firmado por los aspirantes en el que establecen la “competitividad” del expresidente municipal de Torreón así lo quiso dar a entender. Sin embargo, nada ocurrió y el dirigente nacional panista acabó con la especulación casi a la medianoche, al escribir en sus redes sociales: “Será la Comisión Permanente Nacional la que decida sobre la candidatura en Coahuila, tal y como lo marcan nuestros estatutos”… Y zas!!! Pareciera que no están muy convencidos de declarar a Guillermo Anaya como su abanderado.
El caso es que se ratifique o no el acuerdo firmado, el proceso panista quedó evidenciado por severas irregularidades permitidas por la dirigencia y si así en algo interno lo hacen, ¿qué se puede esperar siendo gobierno y quizá la única esperanza que había de destronar al Moreirato y a sus gremlins?
Lo denunciado por Luis Fernando Salazar tiene su lógica puesto que Silvia Garza no tenía porqué ser parte de los aspirantes cuando no había cumplido con los requisitos. Ella el viernes cobró aún su quincena como senadora y supongamos que fuera electa a la candidatura ¿cómo le iban hacer?. Es una pena que ella se prestara al juego simulado de la equidad en el PAN y que su participación restara credibilidad al proceso.
Luego Gerardo García que se prestó para el “divide y vencerás” y luego se retira de la contienda con el argumento más infantil, pero sigue metiendo su cuchara.
Marcelo Torres tiene su poder e influencia muy limitada en la laguna. Isidro López se hizo fuerte gracias a la fama obtenida por periodicazos y comentarios de varios a quienes dejó de pagar el respectivo “coco” y eso fue bien visto por la población, aunque debió de dejar de dar ese tipo de recursos a todos puesto que al final no marcó diferencia con los ediles del PRI.
Anaya, el lagunero, ya tuvo su tiempo y no lo aprovechó. Hoy la ventaja del PAN en Coahuila no la logró él que ni siquiera ha podido defender sus cuentas archivadas en el Congreso desde hace más de una década.
El PAN ya decepcionó ahora a los coahuilenses mucho antes de la contienda que verán en otros proyectos quien le garantiza terminar con él Moreirato.
Esto no significa que el PRI la tenga segura con Miguel Angel Riquelme, el delfín de Rubén Moreira cuya candidatura se ha construido entre desvío de recursos y adoctrinamiento a la vieja y dictadura tradición del tricolor y que este miércoles acudirá a registrarse. Veremos si puede demostrar ser digno de la confianza de los electores, aunque no haya pasado las pruebas correspondientes.